Durante la visita de la Dra. Sonsoles Guerra, vivimos dos jornadas intensivas y apasionantes de práctica, donde la vergüenza debía dejarse a un lado para pasar enfrente, hacer, proponer y equivocarse. Eran pocos los que alguna vez habían trabajado con la pizarra interactiva y quienes aún no lo habíamos hecho, vivimos en carne propia la seducción de esta herramienta para el alumnado: pasar enfrente, ver y hacer en grande lo que siempre estuvo guardado en los cuadernos personales, enfrentarse al desafío de lo público, tocar la pizarra y arrastrar con el dedo las imágenes, así como introducir un sinfín de elementos multimedia en nuestras presentaciones, son solo algunas de las motivaciones para implementar esta herramienta como estrategia pedagógica en el aula. Por supuesto que todo lo fascinante tiene su contrapartida. En común pudimos destacar: el coste de adquisición; contar con infraestructura adecuada como ser internet, video proyector, etc.; coste de mantenimiento; formación básica didáctico-tecnológica; apoyo de la dirección y voluntad de cambio y mejora del centro.
También pudimos jugar con innumerables recursos que el mundo de las TICs nos presenta y nuestra pasión por la pedagogía lo reclama. Entre ellas destacamos el uso de Prezi para presentaciones dinámicas, Wordle para hacer “nubes de palabras”, los recursos de Google Docs para hacer y compartir formularios y finalmente la creación de nuestros propios avatares.
Victoria Laffitte, mvlaffitte@gmail.com