El cambio y la transformación permanente de los diversos procesos sociales, económicos y culturales constituyen el núcleo de la llamada «Sociedad del Conocimiento o Sociedad de la Información».
No esforzarse en este proceso a nivel individual y colectivo es lo que ya está marcando la diferencia entre las culturas y las personas por eso se han retomado y aparecido términos como alfabetización, innovación, etc.
En este contexto, la caducidad, renovación y generación del conocimiento constituyen la atmósfera del mundo actual. Esto demanda un nuevo enfoque acerca del proceso de aprender, a fin de poder no sólo interactuar en él, sino también de intervenirlo y transformarlo en un ámbito que permita el pleno desarrollo humano.
Así entonces, comprender lo que se aprende y aprender a aprender se convierten en competencias para enfrentar un mundo cada vez más incierto y complejo.
La escuela, como institución social encargada de la misión de formar personas, se ve demandada a superar procesos de formación rígidos y cerrados para transformarse en un espacio flexible y creativo se lleven a cabo procesos de formación y actualización permanente.
Es desde esta perspectiva donde surge la necesidad de potenciar desde este ámbito educativo espacios de reflexión, intercambio y generación de propuestas creativas y fundamentadas; capaces de dar respuestas a las demandas de un mundo cada vez más complejo.
La educación se convierte pues en el medio más apropiado para informar y formar a los ciudadanos del futuro.
El Dr. Faraco nos introduce en la cultura escolar española, el sistema educativo y la compara con otros sistemas europeos. El informe PISA es el referente.
Pues casi siempre suele predominar la tradición y las costumbres de la mayoría dominante, adoptadas por lo general desde posturas etnocentristas que no facilitan la integración de las minorías y que a largo plazo provocan mayor desigualdad.
Hablamos de lo que se denomina Identidad Nacional (costumbres, creencias y tradiciones de una nación) que configura la Cultura Oficial (“mi conocimiento es el conocimiento, lo tuyo son saberes”).
Esta cultura oficial es una interpretación subjetiva de la realidad, representa a los modelos sociales poderosos, es decir, no atiende de forma igualitaria a toda la comunidad.
El Estado dirige y crea la Cultura Oficial a través de las Escuelas, podemos decir que el proyecto cultural de los gobiernos está plasmado en el Currículum Escolar del Sistema Educativo y permite la unificación de criterios, por qué sino en cada legislatura ganada por un partido político al anterior, se produce un cambio de legislación educativa en esta joven Constitución española.
Esta interacción entre la escuela y la cultura oficial es lo que conforma la determinada Cultura General que marcará las directrices en cuanto a competencias educativas, por ello, debe luchar contra las desigualdades y las causas que las provocan, es decir, los fenómenos de exclusión social, haciéndose necesario la unión de esfuerzos para conseguir un currículum básico el cual que atienda a todos los niños y niñas del sistema escolar.